CONCIENCIA PLANETARIA Conocimiento Oculto Bájate gratis todo el material desde la Web : www.ConcienciaPlanetaria.es ZONA DE TRUEQUE: Intercambia la actividad profesional que desees con alguien de tu ciudad a través de la Web de Conciencia Planetaria. Libro Gratis, Limpieza Hepática, en la sección "Biblioteca" de la Web de conciencia Planetaria Documento: "La Atlántida de Platón", en la sección Kiosco de la Web de Conciencia Planetaria A las 13 horas de cada país envía un pensamiento de PAZ a tu propio corazón From: VIR00br@aol.com Origen extraterrestre de la especie humana Extraído de la revista New Dawn Nº 44 (Set.-Oct. 1997) La noción de que la humanidad fue creada por algún tipo de manipulación genética extraterrestre, de acuerdo a algunos investigadores, es la base actual de las historias de la creación, encontradas en los registros Sumerios antiguos y los posteriores escritos Hebreos. Esta idea es planteada en detalle en la obra del académico israelí Zecharia Sitchin, quien utiliza los registros Sumerios para argumentar que el moderno Homo-Sapiens fue creado por seres del espacio exterior llamados "Nephilim". Él cree que los Nephilim crearon a los humanos mediante la modificación genética del Homo-Erectus. En 1989, la hipótesis radical de Zecharia Sitchin avanzó a otro nivel con la publicación del libro "The Gods of Eden" (Los Dioses del Edén), apropiadamente subtitulado: "The chilling truth about extraterrestrial infiltration - and the conspiracy to keep humankind in chains" (La escalofriante verdad acerca de la infiltración extraterrestre - y la conspiración para mantener a la humanidad encadenada). El autor, un abogado californiano con el seudónimo William Bramley, recopiló las principales investigaciones anteriores sobre el tema de los "astronautas ancestrales" (ver informe aquí abajo) y las reunió con una particular visión conspiratoria de la Historia. La chocante tesis de Bramley, que confronta casi todas las creencias populares, es la siguiente: "Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, ha promovido la decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días." (The Gods of Eden). La idea de que la Humanidad es el producto de una ingeniería genética, conducida por extraterrestres provenientes de alguna parte, fuera de nuestro pequeño planeta, desafía tanto a la evolución darwiniana como al creacionismo. ¿Acaso los dogmas de la ciencia y la religión nos han cegado la verdad acerca de nuestros orígenes? La Iglesia Cristiana proclama que un supuesto omnisciente, todo-poderoso "Dios", creó a nuestros primeros padres del "barro", de manera parecida a como el alfarero moldea la arcilla. Sólo cuando Adán y Eva rompen con las reglas de su Creador son sujetos al dolor, la enfermedad y la muerte. Por desobedecer a este "Dios" también condenaron a su descendencia —a toda la Humanidad— a ser "pecadores". El Cristianismo deriva su infortunado relato sobre Adán y Eva del primer libro de la Biblia Hebrea o Antiguo Testamento: el Génesis. Si interpretamos la Biblia literalmente, asumiendo que se trata de un documento histórico infalible, se nos presenta un "Dios" (Jehovah o Yahvé) quien, por su propia palabra, admite ser celoso, colérico y vengativo. El temor del "Señor" (Jehovah) aparece enfatizado constantemente a través del Antiguo Testamento. Se espera de Él que recompense a aquellos que lo adoran y que mantienen la observancia de la ley ritual, gratificando sus deseos mundanos por posesiones materiales y poder. No se puede dejar de notar que este cruel, sanguinario y egoísta "Dios" se asemeja grandemente a los caprichosos dioses Sumerios. De acuerdo al Génesis, este "Dios", demasiado humano, desconocía que sus apreciados humanos habían echado a perder su creación al comer la "fruta prohibida". Después de esto, habiendo expulsado a la primera pareja humana del Paraíso, amenazó a sus descendientes con su cólera hasta el día en que ahogó al mundo entero con un diluvio. Este "Dios" Jehovah, como el historiador Gibbon observa en su obra "The Decline and Fall of the Roman Empire", (Declinación y caída del Imperio Romano; Nota de AFR) es un, "ser propenso a la pasión y al error, caprichoso a su favor, implacable en su resentimiento, celoso de su supersticiosa adoración, y confinando su providencia parcial a una simple persona y a su transitoria vida." La investigación indica que la Biblia Hebrea, lejos de ser un texto histórico infalible creado por un Ser Supremo, resulta ser una gran revisión compilada de por lo menos dos trabajos completamente separados. Reunidos en el Libro del Génesis existen dos trabajos separados conocidos por los académicos como las tradiciones del Norte "E" y las del Sur "J", las cuales son complementadas por revisiones e inserciones adicionales. En la "E" (que contiene los pasajes referentes a los Elohim) reside la tradición pre-Judaica de la gente del Norte, quienes exaltaban al Más Elevado Dios, El, y a los subordinados Elohim. Los pasajes correspondientes a "J", o Jehovistas, describen una entidad totalmente foránea, el malvado Jehovah (YHWH), el "Señor". De acuerdo a Max. J. Dimont, en "Jews, God and History" (Judíos, Dios e Historia; Nota de AFR): "En el siglo quinto A.C. los sacerdotes Judíos combinaron porciones de los documentos 'J' y 'E', añadiendo un pequeño aporte personal (conocido como el fraude piadoso); los documentos resultantes se conocen como 'JE', ya que Dios en estos pasajes es nombrado como 'Jehovah Elohim' (traducido como 'Señor Dioses')." A esto se debe que encontremos, dentro de la Biblia, imágenes contradictorias y conflictivas del Supremo Dios. Encontramos a Jehovah, un dios tribal, enmascarando al Ser Supremo. Los primeros capítulos del Génesis describen un combate impresionante entre dos poderes rivales. Por un lado está el Más Elevado Dios y Sus Elohim, quienes crean mediante su propio espíritu manifestado; y por el otro lado está el malévolo Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de 'barro'. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios. Aunque posteriormente nombrado el Único Dios, inicialmente los Hebreos conocían a Jehovah sólo como uno más de los muchos Elohim. Ellos citan el Canto de Moisés para distinguir entre el Más Elevado y el Jehovah usurpador: "Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahvé fue su pueblo, Jacob su parte de heredad". (Deuteronomio 32:8-9). Los Cristianos Gnósticos de los primeros siglos, quienes preservaron las enseñanzas originales de Jesús, hacían una distinción entre el Padre Celestial y el dios de la Biblia Hebrea. Jehovah (YHWH) no era el Padre revelado por Jesús. Mientras la Biblia Hebrea revelaba a un dios tribal, el Dios de Jesús era el Ser Supremo Universal de toda la humanidad. El dios Hebreo era un dios de temor, el Padre Celestial de Jesús era un Dios de amor. De hecho, Jesús nunca se refirió al Padre Celestial como Jehovah. El Evangelio Gnóstico de Pedro establece que los Hebreos se encontraban bajo la ilusión o engaño de que conocían al Ser Supremo, pero eran ignorantes del mismo, y conocían sólo a un falso dios, un impostor, cuya naturaleza verdadera era desconocida para ellos. Los Gnósticos, basados en su profundo estudio del Libro del Génesis, exponen a Jehovah como Satanael el Demiurgo, el poder creativo de este caído mundo material, que es hostil al Ser Supremo. Un maestro Gnóstico dijo cómo el Padre desconocido creaba a los ángeles, a los arcángeles, potestades y dominaciones. El mundo, sin embargo, y todo en él, fue construido por siete ángeles particulares, y el hombre también es obra de los ángeles. Estos ángeles él los describió como artesanos flojos y rebeldes. Saturninus (90-150 D.C.), quien estableció una importante comunidad Gnóstica en Siria, enseñó que el Único Dios Verdadero, el Padre Celestial revelado por Jesús, habita en el más elevado Reino de la Luz. Entre este trascendente Reino de Luz y nuestro mundo finito existe una vasta jerarquía de arcángeles, ángeles y poderes espirituales; los constructores del Universo y los diseñadores del Hombre. Por necedad y vanidad, Satanael se rebeló contra el Reino de la Luz, liderando a un grupo de ángeles seguidores. Satanael y sus lacayos maquinaron atrapar a seres espirituales en cuerpos físicos. Saturninus contó cómo el ángel creador, Satanael, procuró crear cuerpos físicos humanos a imagen de seres espirituales. De esta manera ellos planearon mantener a los seres espirituales permanentemente atados a cuerpos físicos. En el recuento de la creación de Saturninus, Satanael, el ángel creador, sólo pudo formar un androide primitivo. Fue necesario animarlo con un ser espiritual de los reinos superiores. Entonces, Satanael atrajo de los reinos celestiales, hacia su universo carente de alma, una "chispa de luz" y la atrapó dentro del cuerpo material de Adán. De acuerdo a Apelles, otro antiguo maestro Gnóstico, los seres espirituales fueron seducidos para descender desde su lugar en los reinos celestiales por la oportunidad de tener una experiencia física, siendo luego atados a cuerpos de carne mediante las maquinaciones de Jehovah. Generación tras generación la "chispa de luz" se incorporó en las formas humanas. Pronto, estos seres espirituales fueron absorbidos tanto en el mundo material que perdieron toda conciencia de su origen en el Reino de la Luz. Se encontraron a sí mismos capturados en el mundo de Satanael el Demiurgo. De hecho, se convirtieron en esclavos de su malévolo creador. La Iglesia Católica, al aceptar la Biblia Hebrea en su interpretación literal, confunde a Jehovah el dios tribal con el Ser Supremo. Imitando a la antigua Israel, la Iglesia se establece como un imperio político y religioso. Sólo los Cristianos Gnósticos permanecieron en su camino. Los Gnósticos pronto se encontraron siendo denunciados viciosamente como herejes, mientras que sus libros sagrados eran robados y quemados. Gracias al descubrimiento milagroso de algunas escrituras Gnósticas en Nag Hammadi, Egipto, hace cincuenta años, podemos tener una mejor comprensión de las comunidades Cristianas Gnósticas de los primeros siglos de nuestra era. Un trabajo Gnóstico descubierto en Nag Hammadi denominado el Apocalipsis de Adán, es un recuento de la creación de Adán y Eva. Este libro, que data del primer siglo, pudo haber sido un intento de reconstruir el Génesis original. Dice que Adán declaró: "Cuando dios me creó de la tierra, junto con Eva tu madre, estaba con ella en la gloria, la cual ella había visto en el Eón de donde hemos venido (Reino de la Luz). Ella me enseñó una palabra de conocimiento del Dios eterno. Y nosotros nos asemejábamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos más grandes que el dios que nos había creado y que los poderes en él, a quien no conocemos. Entonces dios (el Demiurgo/Satanael), el regente de los eones y de los poderes, en cólera nos dividió. Entonces nos convertimos en dos eones. Y la gloria en nuestros corazones nos abandonó. Después de aquellos días, el conocimiento eterno del Dios de la Verdad (Padre Celestial) se retiró de mí y de tu madre Eva. Desde ese momento aprendimos acerca de las cosas muertas, como el hombre. Entonces reconocimos al dios (Demiurgo) quien nos había creado. Nosotros no le éramos extraños a sus poderes. Y le servimos a él en temor y esclavitud." Los Gnósticos entendieron que existen muchas órdenes diferentes de seres. Sus escritos refieren numerosas jerarquías de entidades espirituales, tanto de la Luz como de la Oscuridad. Estos seres no sólo se mueven en frecuencias sutiles, sino que pueden tomar formas en la dimensión física. Como los Esenios y Jesús, los Gnósticos reconocían la habilidad de los "ángeles" de poder corporificarse. Los ángeles caídos eran a menudo referidos como regentes o Arcontes, y el jefe de los Arcontes era conocido por varios nombres como Satabael, Jehovah, Ildabaoth, Sacklas, Satán, Sammael, etc. Ellos poseían el poder para crear cuerpos y creían ser "dioses". Como consecuencia de su estado degenerado le eran hostiles a la humanidad y evitaban que esta adquiriera su liberación espiritual. John A. Keel, autor de "Disneyland of the Gods", y "Our Haunted Planet" ("Disneylandia de Dioses" y "Nuestro planeta cazado"; Nota de AFR), argumenta que el creciente interés aparecido a finales del siglo XX, en relación a los extraterrestres, alienígenas y OVNIS, es solamente una versión moderna de las mismas fuerzas que otras personas y culturas alguna vez identificaron como "demonios" o "ángeles caídos": "Los platillos voladores son meramente otro marco de referencia que nos provee de explicaciones aceptables para algunos de estos grotescos eventos. Un fenómeno invisible está acechándonos constantemente y manipulando nuestras creencias. Sólo vemos lo que ellos eligen que veamos, y usualmente nosotros reaccionamos. "La idea de que el cuerpo humano es el resultado del trabajo de ángeles creadores malévolos es notablemente parecida a la idea de extraterrestres involucrados en ingeniería genética para "crear" al homo-sapiens. ¿Estamos tratando con el mismo fenómeno? ¿Conocían los Gnósticos la verdad acerca del verdadero origen del hombre y de los poderes invisibles que buscan mantener a los seres humanos atados? ¿Son los malévolos ángeles creadores quienes, según los Gnósticos, secuestran a seres espirituales y los atrapan en cuerpos físicos, los mismos dioses creadores extraterrestres de Sumeria? Considere la siguiente observación de un académico Gnóstico, el Dr. Stephan Hoeller: "Los ángeles estelares y otros espíritus regentes aparecen como tiránicos, limitando las agencias en esta visión Gnóstica. Ellos son usurpadores que señorean sobre la humanidad y la creación con el fin de acrecentar su propia importancia y gloria. Le incumbe entonces a los conocedores realizar esto y alejarse tanto como sea posible de la influencia de estos poderes. El predicamento existencial de la vida humana radica en la incómoda dominación que ejercen estos dioses menores sobre el espíritu de los seres humanos, y de la cual sólo la realización de la Gnosis puede extraerlos." (Jung and the Lost Gospels). Los ángeles creadores o Arcontes también se caracterizan como poderes terribles o fuerzas de ilusión y negatividad. Son como carceleros de una prisión, buscando mantener a sus cautivos humanos atados a la Tierra. Atrapado en las ilusiones de la existencia material, el hombre cree que es solamente un cuerpo y no logra darse cuenta de la verdad acerca de su origen. Esta condición perpetúa la ceguera espiritual, dejando a la Humanidad cautiva de los Carceleros. Sin embargo, los Gnósticos nunca cesaron de proclamar que el Verdadero Ser del Hombre no es su cuerpo, y el mundo material definitivamente no es su verdadero hogar. El Hombre es un ser espiritual y su propósito es la realización de su Ser Superior, esa chispa de luz exiliada en el cuerpo físico. Su destino es retornar al Reino de la Luz, su verdadero hogar más allá de las estrellas. Debemos despertar y tomar conciencia de nuestro origen, de dónde venimos, cómo fuimos atrapados en este planeta, y cómo podemos lograr la liberación. | LA DIGESTIÓN (= EMOCIONES) Por medio de la digestión, procesamos elementos materiales de este mundo. La digestión abarca, pues: 1. Captación del mundo exterior en forma de elementos materiales. 2. Diferenciación entre lo asimilable y lo no asimilable. 3. Asimilación de las sustancias asimilables. 4. Expulsión de lo no digerible. · El que tiene hambre de cariño y no puede saciarla, manifiesta este afán en el aspecto corporal en forma de hambre de golosinas. El hambre de golosinas siempre expresa un hambre de cariño no saciada. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce: cuando de una chica guapa decimos que es un bombón y que está para comérsela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relación. · El deseo de golosinas en los niños es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar de semejante imputación diciendo que ellos «harían cualquier cosa por su hijo». Pero «hacer cualquier cosa» no es forzosamente lo mismo que «amar». El que come caramelos anhela amor y seguridad. Es más fiable esta regla que la valoración de la propia capacidad de amar. También hay padres que atiborran de golosinas a sus hijos, con lo que indican que no están dispuestos a ofrecer amor a sus hijos, por lo que tratan de compensarles de otro modo. · Las personas que realizan un trabajo intelectual y tienen que pensar mucho muestran preferencia por los alimentos salados y los platos fuertes. Los muy conservadores tienen predilección por los alimentos en conserva, especialmente los ahumados y el té cargado que beben sin azúcar (en general, alimentos ricos en ácido tánico). · Los que gustan de comidas picantes denotan deseo de nuevas emociones. Son personas amantes de los desafíos, a pesar de que pueden ser indigestos, diametralmente opuestas a las que sólo comen cosas suaves: nada de sal ni especias. Estas personas rehuyen todo lo que sea novedad. Se desentienden de los retos y temen todo enfrentamiento. Este temor puede acentuarse hasta hacerles adoptar un régimen a base de papillas, como el del enfermo del estómago, acerca de cuya personalidad hablaremos más extensamente muy pronto. · Las papillas son comidas de bebé, lo que indica claramente que el enfermo del estómago ha experimentado una regresión hasta la indiferenciación de la infancia, en la que no se puede elegir ni cortar y hay que renunciar hasta a morder y masticar (actividades estas en exceso agresivas) la comida. Este individuo evita tragar alimentos sólidos. · Un temor exagerado a las espinas simboliza el miedo a las agresiones. La preocupación por los huesos, miedo a los problemas —no se quiere llegar al meollo de la cuestión · Pero también existe el grupo contrario: los macrobióticos. Estas personas van en busca de problemas a los que hincar el diente. Quieren desentrañar las cosas y prefieren los alimentos duros. Llegan hasta evitar los aspectos placenteros: a la hora del postre, eligen algo duro de roer. Los macrobióticos denotan así cierto miedo al amor y la ternura y su incapacidad para aceptar el amor. · Algunas personas llevan a tal extremo su afán de huir de los conflictos que acaban teniendo que ser alimentadas por vía intravenosa en una unidad de cuidados intensivos. Ésta es sin duda la forma más segura de vegetar sin tener que molestarse. Los dientes Los alimentos entran por la boca y en ella son triturados por los dientes. Con los dientes mordemos y masticamos. Morder es un acto muy agresivo, expresión de la capacidad de agarrar, sujetar y atacar. El perro enseña los dientes para demostrar su peligrosa agresividad; también nosotros decimos que vamos a «enseñar los dientes» a alguien cuando estamos decididos a defendernos. Una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su agresividad. · Hay personas que hacen rechinar los dientes mientras duermen, algunas con tanta fuerza que hay que ponerles un aparato en la boca para que no se los desgasten de tanto rechinar. El simbolismo está claro. El rechinar de dientes es sinónimo reconocido de agresividad impotente. El que durante el día no puede ceder al deseo de morder, tiene que rechinar los dientes por la noche hasta desgastarlos · Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo. Tragar Una vez triturados los alimentos con los dientes, los ensalivamos y los tragamos. Con el acto de tragar integramos, admitimos: tragar es incorporar. Mientras tenemos algo en la boca podemos escupirlo. Una vez lo hemos tragado, el proceso es difícilmente reversible. Los trozos grandes son difíciles y hasta imposibles de tragar. A veces, en la vida uno tiene que tragar algo contra su voluntad, por ejemplo, un despido. Hay malas noticias que son difíciles de tragar. · Precisamente en estos casos, un poco de líquido puede facilitar la operación, especialmente si se trata de un buen trago. Del alcohólico se dice que traga mucho. Por lo general, el trago alcohólico sirve para facilitar o, incluso, sustituir otros tragos. Se traga alcohol porque en la vida hay otras cosas que uno no puede ni quiere tragar. Así, el alcohólico sustituye la comida por la bebida (beber mucho provoca pérdida del apetito), sustituye el trago duro y sólido por el suave y líquido, el trago de la botella. · Hay numerosos trastornos de la deglución, por ejemplo, el nudo en la garganta, o unas anginas, que producen la sensación de no poder tragar. En estos casos, el afectado debe preguntarse: ¿Qué hay actualmente en mi vida que yo no pueda o no quiera tragar? · Entre estos trastornos figura el de la «aerofagia», afección que impulsa a tragar aire. Huelgan más explicaciones para descubrir lo que ocurre en estos casos. Hay algo que uno no quiere tragar, no quiere asimilar, pero disimula tragando aire. Esta resistencia encubierta contra la deglución se manifiesta después con eructos y ventosidades Náuseas y vómitos Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estómago. Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es símbolo de problema. Todos sabemos cómo puede bloquearnos el estómago y quitarnos el apetito un problema. · El apetito depende en gran medida de la situación psíquica. Hay multitud de expresiones que señalan esta analogía entre los procesos psíquicos y somáticos: Eso me ha quitado el apetito, o: Sólo de pensarlo me da mareo. O también: Nada más verlo se me revuelve el estómago. · El mareo señala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estómago. También comer desordenada y atropelladamente puede producir mareo. La náusea culmina en el vómito del alimento. El individuo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, que no quiere asimilar. El vómito es una expresión categórica de defensa y repudio. · Vomitar es «no aceptar». Esta relación se expresa claramente en los vómitos del embarazo. Aquí se expresa el rechazo inconsciente de la criatura o del semen que la mujer no quiere «incorporar». Siguiendo el razonamiento, los vómitos del embarazo también pueden expresar un rechazo de la función femenina (la maternidad). El estómago El lugar al que a continuación llega el alimento (no vomitado) es el estómago, cuya primera función es la de servir de recipiente. Él recibe todas las impresiones que vienen del exterior, lo que hay que digerir. La capacidad de recibir exige apertura, pasividad y capacidad de entrega. En virtud de estas propiedades, el estómago representa el polo femenino. Mientras que el principio masculino está caracterizado por la facultad de irradiar y por la actividad (elemento fuego), el principio femenino engloba la capacidad de aceptación, la abnegación, la sensibilidad y la facultad de recibir y guardar (elemento agua). · Lo que representa el elemento femenino en el terreno psíquico es la sensibilidad, el mundo de la percepción. Si un individuo reprime en la mente la capacidad de sentir, esta función pasa al cuerpo, y el estómago, además de los alimentos, tiene que admitir y digerir los sentimientos. · En este caso, no es que el amor pase por el estómago sino que sentimos un peso en el estómago que más tarde o más temprano se manifestará como adiposidad. Además de la facultad de recibir, en el estómago hallamos otra función, correspondiente ésta al polo masculino: producción de ácidos. · El estómago reacciona produciendo un ácido agresivo con el que pretende modificar y digerir unos sentimientos no materiales, empresa difícil y molesta que nos recuerda que no es conveniente tragarse el mal humor ni obligar al estómago a digerirlo. El ácido jugo gástrico aumenta porque quiere imponerse. Pero esto acarrea problemas al enfermo del estómago, que carece de la capacidad de enfrentarse conscientemente con su mal humor y su agresividad, para resolver de modo responsable conflictos y problemas. · El enfermo del estómago o no exterioriza su agresividad (se la traga) o demuestra una agresividad exagerada, pero ni un extremo ni el otro le ayudan a resolver el problema realmente, ya que carece de confianza y seguridad en sí mismo, sentimiento indispensable para que el individuo resuelva su problema, carencia a la que aludimos al tratar del tema Dientes–Encías. · El enfermo del estómago es una persona que rehuye conflictos. Inconscientemente, añora la plácida niñez. Su estómago pide papilla. Y el enfermo del estómago se alimenta de cosas que han sido tamizadas por el pasapurés y que, por lo tanto, han demostrado ser inofensivas. Puede haber grumos. Los problemas se han quedado en el tamiz. · El enfermo del estómago no tolera los alimentos crudos, por bastos, primitivos y peligrosos. Antes de que él se atreva con los alimentos, éstos tienen que ser sometidos al agresivo proceso de la cocción. El pan integral es indigesto, porque aún contiene muchos problemas. Todos los alimentos sabrosos, el alcohol, el café, la nicotina y los dulces representan un estímulo excesivo para el enfermo del estómago. La vida y la comida tienen que estar exentas de desafíos. El ácido gástrico produce una sensación de opresión que impide registrar nuevas impresiones. · La ingestión de medicamentos antiácidos suele provocar eructos, con el consiguiente alivio, ya que eructar es una manifestación agresiva hacia el exterior. Con esto uno ha hecho disminuir un poco la presión. · La terapia que suele aplicar la medicina académica (por ejemplo, «Valium») refleja la misma relación: el medicamento interrumpe químicamente la unión entre la mente y el sistema vegetativo · La actitud básica de proyectar los sentimientos y la agresividad no hacia fuera sino hacia dentro, contra uno mismo provoca finalmente la úlcera de estómago. La úlcera es una llaga que se forma en la pared del estómago. El enfermo de úlcera, en lugar de digerir las impresiones del exterior, digiere el propio estómago. El enfermo de estómago tiene que aprender a tomar conciencia de sus sentimientos, afrontar conscientemente los conflictos y digerir conscientemente las impresiones. Además, el paciente de úlcera debe admitir y reconocer sus deseos de dependencia infantil, de la protección materna y el afán de ser querido y mimado, incluso y precisamente cuando estos deseos estén bien disimulados tras una fachada de independencia, autoridad y aplomo. También aquí el estómago revela la verdad. · Los ácidos atacan, corroen, descomponen: son inequívocamente agresivos. Una persona que sufre un disgusto dirá: Estoy amargado. Si la persona no consigue vencer este furor conscientemente o transmutarlo en agresión y se traga el mal humor, o traga bilis, su agresividad y su amargura se somatizan en ácidos estomacales. En trastornos estomacales y digestivos sería relevante hacerse las preguntas siguientes: 1.¿Qué es lo que no puedo o no quiero tragar? 2. ¿Me consumo interiormente? 3. ¿Cómo llevo mis sentimientos? 4. ¿Qué me amarga? 5. ¿Cómo llevo mi agresividad? 6. ¿En qué medida huyo de los conflictos? 7. ¿Hay en mi una añoranza reprimida de un paraíso infantil sin conflictos en el que se me quería y mimaba sin que yo tuviera que abrirme paso a mordiscos? · Intestino delgado e intestino grueso En el intestino delgado se produce la digestión propiamente dicha, mediante división en componentes (análisis) y asimilación. Llama la atención el parecido existente entre el intestino delgado y el cerebro. Ambos tienen una misión similar: el cerebro digiere las impresiones en el plano mental y el intestino digiere las sustancias materiales. Las afecciones del intestino delgado suscitan la pregunta de si el individuo no estará analizando demasiado, ya que la función característica del intestino delgado es el análisis, la división, el detalle. · Las personas con afecciones del intestino delgado suelen tender a un exceso de análisis y crítica, de todo tienen algo que decir. El intestino delgado es también un buen indicador de las angustias vitales; en el intestino delgado el alimento es valorado y «aprovechado». En el fondo de la preocupación por la valoración está la angustia vital, angustia de no recibir lo suficiente y morir de hambre. · Más raramente, los problemas del intestino delgado pueden denotar también lo contrario: falta de capacidad de crítica. Éste es el caso de las llamadas [Fettstuhlen] de la insuficiencia pancreática. · Uno de los síntomas que con más frecuencia se dan en la zona del intestino delgado es la diarrea. Ése de miedo se lo hace en los pantalones. Tener caca significa tener miedo. En la diarrea tenemos la indicación de una problemática de angustia. · El que tiene miedo no se entretiene en estudiar analíticamente las impresiones sino que las suelta sin digerir. No hay más remedio. Uno se retira a un lugar tranquilo y solitario donde puede dejar que las cosas sigan su curso. Con ello se pierde mucho líquido, ese líquido símbolo de la flexibilidad que sería necesaria para ampliar la angustiosa frontera del Yo y con ello vencer el miedo. Ya hemos dicho que el miedo siempre está asociado con lo estrecho y con el afán de aferrarse. · La terapia del miedo consiste siempre en: soltarse y expandirse, adquirir flexibilidad, observar los acontecimientos: ¡dejarlo correr! El tratamiento de la diarrea suele limitarse a administrar al enfermo gran cantidad de líquidos. Con ello recibe simbólicamente esa fluidez que necesita para ampliar sus horizontes, en los que experimenta el miedo. La diarrea, ya sea crónica o aguda, nos indica siempre que tenemos miedo y que tratamos de aferrarnos y nos enseña a soltar y dejar correr. · En el intestino grueso, la digestión ya ha terminado. Aquí lo único que se hace es extraer el agua del resto de los alimentos indigestibles. La afección más generalizada que se produce en esta zona es el estreñimiento, modelo genuino de resistencia: retención-tensión y obstinación-deseo de venganza. Desde Groddeck, el psicoanálisis interpreta la defecación como un acto de dar y regalar. Para darnos cuenta de que simbólicamente la deposición tiene algo que ver con el dinero basta recordar una expresión común en Alemania de Geld–schieser (caga–dinero) y el cuento del asno de oro que, en lugar de estiércol, defecaba monedas de oro. Popularmente también se asocia el pisar deposiciones de perro con la perspectiva de recibir una suma de dinero. Estas indicaciones deben bastar para poner de manifiesto, sin recurrir a complicadas teorías, la relación simbólica existente entre excremento y dinero o entre defecar y dar. · Estreñimiento es expresión de la resistencia a dar, del afán e retener y está relacionado con la problemática de la avaricia. En nuestra época el estreñimiento es un síntoma muy extendido que padece la mayor parte de la gente. · Indica claramente un exagerado afán de aferrarse a lo material (avaricia) y la incapacidad de ceder. Pero al intestino grueso corresponde otro importante significado simbólico. Si el intestino delgado se relaciona con el pensamiento analítico consciente, el intestino grueso corresponde al inconsciente, en el sentido literal, al «submundo». El inconsciente es, desde el punto de vista mitológico, el reino de los muertos. El intestino grueso es también un reino de los muertos, ya que en él se encuentran las sustancias que no pueden ser convertidas en vida, es el lugar en el que puede producirse la fermentación. La fermentación es también un proceso de putrefacción y muerte. Si el intestino grueso simboliza el inconsciente, el lado nocturno del cuerpo, el excremento representa el contenido del inconsciente. · Y ahora reconocemos claramente el otro significado del estreñimiento: es el miedo a dejar salir a la luz el contenido del inconsciente. Es la tentativa de retener fondos reprimidos. Las impresiones espirituales se acumulan y uno no consigue distanciarse de ellas. El paciente estreñido, literalmente, no puede dejar nada tras sí. · El estreñimiento nos indica que tenemos dificultades para dar y soltar, que queremos retener tanto las cosas materiales como el contenido del inconsciente y no queremos que nada salga a la luz. · Se llama colitis ulcerosa a una inflamación del intestino grueso que se manifiesta en forma aguda y tiende a hacerse crónica y produce dolores y frecuentes deposiciones de mucosidades sanguinolentas. También aquí la voz popular demuestra sus grandes conocimientos psicosomáticos: en alemán se llama vulgarmente Schleimscheisser o Schleimer, es decir, «caga moco», al individuo hipócrita, obsequioso y adulador capaz de todo por congraciarse, incluso de sacrificar su personalidad, de renunciar a su vida propia a fin de vivir la vida de otro en una especie de unidad simbiótica. · La sangre y la mucosidad son sustancias vitales, símbolos de la vida. (Los mitos de numerosos pueblos primitivos cuentan que la vida surgió del lodo o mucílago.) Sangre y moco pierde el que teme asumir su propia vida y su propia personalidad. Vivir la propia vida, empero, exige distanciarse del otro, lo cual provoca cierta soledad (pérdida de la simbiosis). De esto tiene miedo el que padece colitis. De miedo suda sangre y agua por el intestino. Por el intestino (= el inconsciente) ofrece en sacrificio los símbolos de su propia vida: sangre y moco. Sólo puede ayudarle reconocer que cada cual ha de vivir su propia vida de forma responsable, porque, si no, la pierde. El páncreas El páncreas forma parte del aparato digestivo y tiene dos funciones principales: la exocrina, que consiste en la producción de los jugos gástricos esenciales, de carácter eminentemente agresivo, y la endocrina. Mediante la función endocrina, el páncreas produce la insulina. El déficit de producción de estas células da lugar a una afección muy frecuente: la diabetes (azúcar en la sangre). · El diabético (por falta de insulina) no puede asimilar el azúcar contenido en los alimentos; el azúcar escapa de su cuerpo con la orina. Sólo sustituyendo la palabra azúcar por la palabra amor habremos expuesto con claridad el problema del diabético. Las cosas dulces no son sino sucedáneo de otras dulzuras. Detrás del deseo del diabético de saborear cosas dulces y su incapacidad para asimilar el azúcar y almacenarlo en las propias células está el afán no reconocido de la realización amorosa, unido a la incapacidad de aceptar el amor, de abrirse a él. El diabético —y esto es significativo— tiene que alimentarse de «sucedáneos»: sucedáneos para satisfacer unos deseos auténticos. La diabetes produce la hiperacidulación o avinagramiento de todo el cuerpo y puede provocar incluso un coma. Ya conocemos estos ácidos, símbolo de la agresividad. · Una y otra vez, nos encontramos con esta polaridad de amor y agresividad, de azúcar y ácido (en mitología: Venus y Marte). El cuerpo nos enseña: el que no ama se agria; o, formulado más claramente: el que no sabe disfrutar se hace insoportable. Sólo puede recibir amor el que es capaz de darlo: el diabético da amor sólo en forma de azúcar en la orina. El que no se deja impregnar no retiene el azúcar. El diabético quiere amor (cosas dulces), pero no se atreve a buscarlo activamente («¡A mí lo dulce no me conviene!»). Pero lo desea («¡Qué más quisiera, pero no puedo!»). No puede recibir, puesto que no aprendió a dar, y por lo tanto no retiene el amor en el cuerpo: no asimila el azúcar y tiene que expulsarlo. ¡Cualquiera no se amarga! Artículo fue extractado del libro "La enfermedad como camino". COCINA VEGETARIANA SENCILLA Remolachas con puré de manzanas (para 4 personas) 1 atado de remolachas sin hojas 1 cebolla grande 4 manzanas 3 cucharadas de aceite Sal- azúcar -.pimentón 1) Hervir las remolachas, pelarlas y cortarlas en rodajas medianas 2) Cortar la cebolla en rodajas finas y freírla en el aceite 3) Pelar las manzanas, cortarlas en pedazos, y con muy poco agua hervirlas y luego pisarlas. Sazonarlas con poca sal y azúcar. 4) Aceitar una fuente de horno, colocar las remolachas, sazonarlas con sal y pimentón, encima distribuir la cebolla y encima de eso el puré de manzana. 5) Hornear unos 15 minutos. Se puede servir con papas, arroz y/o ensalada de zanahoria. Huevos duros con berenjenas (Para 4 personas) 2 Berenjenas grandes 1 cebolla mediana 3 dientes de ajo machacados 2 cucharadas de manteca y 2 de aceite (o solamente 4 de aceite) 500 gr. tomates pelados 6 huevos duros Sal-jugo de limón 1) Pelar las berenjenas, cortarlas en cuadraditos. 2) Freír la cebolla y el ajo en la mezcla manteca y aceite o solamente en el aceite. 3) Cortar los tomates en trozos chicos y agregarlas con un poco de agua a la fritura. 4) Agregar las berenjenas, cocinar hasta que estén blandas y se formó una salsa consistente. 5) Sazonar con sal y jugo de limón a gusto 6) Agregar los huevos cortados y revolver. Se puede servir con arroz o papas y se puede comer tanto frío como caliente. Ahora te envío una receta para los que sufren de presión alta o estaban al borde de sufrirla (como yo) y que puedan comer con sal, sin que ella entre al flujo sanguíneo, sino que sale directamente por el intestino. Yo la uso ya hace más de 2 años, y la última vez que me tomaron la presión estaba baja. Se hierve 250 grs. de sal gruesa (no fina) y se hierve en 2 litros de agua. Cuando comienza a hervir, se deja seguir hirviendo con fuego bajo durante 7 minutos más, y se verá que la sal se disolvió completamente en el agua. Se deja enfriar y se pone en recipiente de vidrio. Yo uso la mitad de los ingredientes y me alcanza para varias semanas. Esta sal la agrego a cucharadas a la ensalada, guiso, y cualquier comida que preparo, una vez que esté en el plato. No exagerar con las cucharadas porque verán que el líquido es muy salado. Espero que les sirva y ayude. ESTO NO ES SPAM Si deseas que te demos de baja de esta lista solo tienes que reenviarme este correo y poner en "Asunto" Eliminar de la lista
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