INICIACION EN EL ANTIGUO EGIPTO PARTE I

Tomado de http://lightworkers.org/channeling/82043/multidimensional-news-july-2009, traducido por Marcelo Jimenez. Noticias Multidimensionales Julio 2009 INICIACION EN EL ANTIGUO EGIPTO PARTE I Seres queridos, Somos los arcturianos, en nuestra última reunión hablamos de la "iniciación", incluyendo el secreto y la sagrada iniciación del amor humano. El concepto de la "iniciación" puede ser un poco confuso, especialmente la iniciación del amor humano. Por lo tanto, queremos compartir la historia de dos iniciados con ustedes. Uno de ellos es un varón, RaHoTep, quien hablará de su iniciación en el Antiguo Egipto y la otra es una mujer, Matia, quien hablará de su iniciación en la antigua Delhi. Debido a que sus historias son bastante largas, RaHoTep compartirá su mensaje en esta reunión, y Matia compartirá el suyo en nuestra próxima reunión. Todos ustedes tienen realidades pasadas/paralelas en donde ustedes han pasado por iniciaciones y servido a Gaia como un gran Iniciado. Nosotros les presentamos estas historias para ayudarlos a una mejor comprensión del proceso de la iniciación, para que se encienda su memorias de las suyas propias? las iniciaciones en sus vidas. Sabemos que han tenido esas iniciaciones en otras vidas porque podemos ver su aura y porque han encontrado un camino a nuestro corredor. A medida que RaHoTep y Matia cuentan sus historias, deja que tus propias historias de iniciación salgan a la superficie de tu conciencia. En esta sesión les presentamos a RaHoTep: Seres queridos, me siento feliz de compartir mi historia con ustedes. Al mirar a todos aquellos en el corredor, mi corazón se llena de alegría al ver a tantos Iniciados. Espero que mi historia sea de alguna ayuda y/o asistencia para su propio proceso de encontrar su verdad, osea, Seres multidimensionales en la vida cotidiana. Discernir entre las ilusiones de nuestros temores y la verdad de nuestro ser es un reto que es más difícil de lo podríamos haber imaginado. Su tarea es aún más difícil, ya que deben encontrar y completar su gran iniciación, mientras son llamados a completar sus labores diarias de supervivencia en la tercera dimensión. Yo vivía en una realidad donde los que se mostraban capaces de lograr la iniciación eran enviados a estudiar al Templo. Cuando mis padres hicieron mi carta natal, entendieron que mi destino no estaba con ellos, pero si con el Templo. Quizás es por eso que nunca sentí el amor de ellos en mis primeros años. No fue hasta que entre en el Templo a la edad de cinco años, que pude experimentar el amor que una familia puede ofrecer. Yo estudie y serví mientras yo era un niño y un adulto joven. Mi juventud en el templo estuvo llena de amorosas instrucciones y maravillosos amigos. Sabía que algunos en el Templo no compartían mis sentimientos, pero me encantó cada minuto en el. Me sentía como si finalmente hubiera vuelto a casa. Comencé mi iniciación final con el primer retorno de Saturno cuando tenía 28 años. Sé que esta edad puede parecer muy joven para ustedes, pero yo había estado en el templo desde que tenía 7. Mis profesores me dijeron que me consideraban ya listo para tomar la iniciación final, pero que tendría que esperar hasta que recibiera instrucciones internas. Me dijeron que les informará cuando mi guía interior, Radula, me instruyera en que ya era hora. Esta instrucción vino un corto tiempo después de que mis maestros habian dado su permiso. ¿Cuántas vidas habría tenido que prepararme para este momento? Una avalancha de imágenes vagas de estas vidas pasaban antes los ojos de mi mente. Muy profundo dentro podía sentir que mi destino aun no se había manifestado. Me sentía emocionado, y un poco asustado. Yo sabía sobre los tres posibles resultados de la iniciación: éxito, locura o muerte. Las dos últimas opciones no eran aceptables para mí. Yo no tenía miedo de morir, ya que sabía que solo era un receso, pero aun sentía que no había completado mi propósito en esta encarnación. Yo no quería que los años de estudio y trabajo fueran solo para mi propio beneficio. Pero tal vez cuando mi iniciación hubiera terminado, sabría mejor que servicio debía de cumplir. Al fin, llego el día. La luna estaba llena y yo estaba listo. Yo había permanecido en los cuarteles localizados debajo de la Esfinge, construidos especialmente para aquellos en espera de la iniciación. Desde estos cuarteles, era una pequeña caminata, a través, del desierto a la gran pirámide donde cada iniciado debía pasar siete días y siete noches en lo profundo de las entrañas de la Pirámide. Estos siete días y noches se utilizaban para revisar las vidas pasadas y sus lecciones. Si se pasaba esta primera parte, aun había mucho más, pero el secreto del resto de la iniciación estaba estrictamente guardado. Como era de esperar, no había podido dormir la noche anterior. En la madrugada, tres sacerdotes encapuchados llegaron a mi puerta justo cuando los primeros rayos del sol se levantaron en el horizonte. No se intercambiaron palabras. Los sacerdotes me sacaron de mi habitación y me llevaron al desierto. A mí siempre me había encantado el desierto al amanecer y al atardecer, justo cuando el Sol salía o se escondía debajo del horizonte. Los horizontes en Egipto eran infinitos. Infinitos como el Espíritu. A medida que seguía a los sacerdotes a la Gran Pirámide, reflexionaba sobre el suave y dorado resplandor de luz. Así como el desierto da la bienvenida a un nuevo día, Yo daba la bienvenida a una nueva vida. Sentí una cálida anticipación a medida que me acercaba rápidamente al calor del desierto. Yo era uno con toda la naturaleza. La gran vista del mundo exterior preparaba mi visión interna para el despertar. El desierto estaba tranquilo, como mi mente, y una calida brisa acarició mi rostro, como si dijera ¡Buena suerte! Yo sonreí en respuesta y silenciosamente seguí a los sacerdotes a medida que entrábamos en la pirámide. Aunque el sol apenas se había puesto sobre el horizonte cuando los sacerdotes y yo entramos a la gran pirámide, yo no estaba preparado para la total oscuridad que nos rodeo. Uno de los sacerdotes llevaba una pequeña lámpara de aceite. Y eso era lo único que podía distinguir a medida que nos adentrábamos más y más en la gran pirámide. Yo había aprendido en mis lecciones que la oscuridad total de la pirámide estaba diseñada para prepararnos para enfrentar la oscuridad dentro de nosotros mismos. Por último, llegamos a una pequeña puerta de madera, de muy simple diseño. Desde el resplandor de la lámpara, pude ver granos en la madera, un pestillo dorado y una cerradura colgando abierta. Los sacerdotes me encerrarían en este cuarto por siete días y siete noches? totalmente solo. Abrieron la puerta, me guiaron dentro, me indicaron sentarme en una simple manta de papiro sobre el suelo de piedra. La lámpara de aceite fue colocada en una saliente a mi derecha, junto a una pequeña piel de agua. "Esta lámpara solo arderá durante tres días y sus noches, Después estarás en oscuridad total" Estas fueron las primeras palabras pronunciadas por los sacerdotes. No dijeron más. Oí la puerta cerrarse, y con un suave sonido de clic, el pestillo estaba puesto. Cerré mis ojos y comencé a meditar. Dentro de esos siete días, revise las lecciones de esta vida y de otras. Fui a la tierra de los muertos una y otra vez a cumplir penitencia por mis faltas. Revise cada lección recibida en cada vida a la que logre acceder. No recuerdo el parpadeo de la lámpara de petróleo al alcanzar el agua, Solo recuerdo el suave clic en la cerradura. El primer sonido externo en siete días, me devolvió inmediatamente a mi cuerpo físico. A medida que los Sacerdotes entraban en la habitación, vi sus rostros con capucha junto con otra lámpara de aceite que sostenía uno de los sacerdotes. Lentamente me moví para mostrarles a ellos que aun estaba vivo y consciente. Ellos asintieron silenciosamente en respuesta y me indicaron seguirlos. Me tomo un poco lograr pararme, y cuando lo hice, no podía caminar. Me incline sobre una pared y reuní la fuerza vital con mi voluntad para mis piernas que durante siete días habían estado en posición cruzadas. El sacerdote tomo la lámpara de aceite vacía y la piel de agua de la cornisa y esperaron pacientemente. Cuando logre caminar nuevamente, ellos me llevaron a otra habitación. Yo no sabía dónde iba, pero sabía que ya que había sobrevivido a la primera parte de la iniciación, estaría autorizado a tomar la siguiente. Las salas dentro de la pirámide eran tan oscuras como antes, pero ahora mis ojos estaban acostumbrados a ella. La pequeña lámpara de mis tres guías brilló como una estrella para seguirla. Los guías caminaron lentamente al principio para permitirme acostumbrar a mi cuerpo, pero el ritmo se aceleró en el momento que supieron que podía seguir el ritmo. Descendimos, abajo, abajo, y hacia abajo. Yo había aprendido que el cuarto del final de la iniciación estaba en algún lugar profundo, muy por debajo del desierto, exactamente debajo de la cúspide de la gran pirámide. Finalmente, llegamos a lo que parecía un callejón sin salida. Una pared de piedra estaba antes nosotros. Los sacerdotes no parecían consternados por este giro de los acontecimientos y formaron un semicírculo por delante de la pared. Mientras yo estaba a un lado en espera de lo que sucedería a continuación, cada uno de los sacerdotes comenzaron a emitir un tono, que yo pensaba seguramente debía venir directamente de la esencia de sus almas. Al principio sus tonos parecían al azar. Pero poco a poco, logra discernir un patrón hasta que, finalmente, hubo un crescendo de hermosos tonos armoniosos. A medida que el canto se perdía en la oscuridad que nos rodeaba, fue reemplazado por un ruido grave. Gradualmente, la muralla comenzó a moverse hacia la derecha. Detrás de este simple piedra había un par de magnificas y talladas puertas doradas. A medida que las puertas lentamente se revelaron, Sabia que había visto esas puertas anteriormente en mis meditaciones. Uno de los sacerdotes se aproximo a las puertas doradas y coloco una mano en cada puerta. Las puertas estaban tan bien equilibradas que con sólo un pequeño empujón, se abrían y daban pasó a una enorme habitación. El sacerdote me hizo el gesto que entrara. Las puertas rápidamente se cerraron detrás de mí. De nuevo, escuche el ruido grave de la muralla cubriendo cualquier rastro de la habitación sagrada de la iniciación. La brillantez de la sala me segó. Yo nunca había experimentado este tipo de iluminación mientras estuve en una forma física. Muy lentamente, muy lentamente, mis ojos se acostumbraron a la luz, y comencé a examinar la habitación. Esta habitación no era de mi Egipto. Había cúpulas y pilares decorados con lazuli, esmeraldas, rubíes, diamantes, amatistas y joyas que jamás podría identificar. Colores que nunca había visto estaban pintados sobre las muchas esculturas, estatuas y figuras que parecían moverse como si estuvieran vivas. De alguna manera yo sabía que todo dentro de la habitación era muy antiguo y tenía una fuerza de vida superior a cualquier cosa que yo hubiera conocido. Esta era la arquitectura que solo había visto en mis viajes internos a la Atlántida. El gran centro de una cúpula cubierta como una pequeña pirámide que era una vibración de luz en lugar de una estructura física. Anubus y Thoth, los antiguos dioses egipcios de la iniciación, se situaban dentro de la pirámide a cada lado de un gran sarcófago. El sarcófago estaba montado sobre un soporte de oro puro con escaleras de plata que conducían hasta el lado derecho del mismo. El sarcófago estaba hecho de una sustancia que nunca había visto anteriormente. Yo supe instintivamente que aquella sustancia no era de este planeta y se le había entregado a la tierra milenios antes por sus primeros habitantes. El sarcófago fue ornamentado y tallado de un estilo No-egipcio al igual que las paredes alrededor mió. Aunque sentí, que pese a que el sarcófago era opaco, podía volverse transparente si la alteracion apropiada era llevada a cabo en la mente del observador. Anubus me indico que entrara en el sarcogafo y Thoth asintió en acuerdo. Una vez más, no había comunicación verbal. El viaje desde la puerta de entrada a las escaleras de la Plata fue el viaje más largo de mi vida. A medida que subía esos pocos escalones me daba cuenta, que de hecho, yo había vivido para descender luego de ellos, y ya no seria la misma persona que era antes cuando esto ocurriera. Me acosté en el interior del sarcófago. La sustancia era dura como la piedra y, sin embargo, suave y cálida como la piel. Me sentí como si volviera a entrar al útero. El piso, las paredes talladas parecían lentamente moldearse alrededor de mi forma a medida que me acomodaba en el sarcófago. No creo que me podría haber movido incluso aunque lo hubiera querido. Entonces Thoth inclino su cabeza sobre el borde del sarcófago y me realizo tres preguntas en un idioma desconocido para mí. Yo no sabia que preguntas era, pero intuitivamente sabía que eran preguntas y que mi supervivencia dependía de mi respuesta a ellas. http://www.despertardivino.cl


La Divinidad nos bendice siempre.
La Divinidad es en nosotros/as
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Byron Picado Molina
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)
Helena Petrowna Blavastky
"La Espiritualidad más expandida es el AMOR en VERDAD iluminado"
Estelí,Nicaragua.
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