A Libra,    desde el punto de vista del adepto, se le ha descrito como "el Señor en    ninguna parte" y ciertamente se le perdonaría, al nativo sensible del signo de    libra, de sucumbir a una depresión considerando por primera vez las    implicaciones de esta afirmación. Sin embargo, este signo es todo menos triste    para aquéllos que pueden responder de cualquier manera a la poderosa nota    clave: "Elijo el camino que conduce a través de dos grandes líneas    de fuerza" Aquéllos, que han desarrollado su conciencia    espiritual, pondrán sus fuerzas en libra hacia un punto    dinámico de equilibrio en este signo y acumularán fuerzas con miras a un    progreso rápido. Como ya sabemos, es difícil de mantenerse en el punto medio y    de decir adiós a los apegos sensuales, pero es algo que debe hacerse tarde o    temprano, para aquéllos que están preparados para realizar un empujón  a lo largo de la    vía de la liberación.
La función    fundamental de Libra,    es la de ser un intermediario entre las fuerzas positivas y negativas, de todo    tipo, y reunirlas de manera creativa en una sola ley espiritual. Tenemos la    oportunidad en Libra de utilizar las fuerzas de atracción entre los polos    positivos y negativos como un propulsor espiritual. Esta fuerza atractiva se    propulsa a través de la actividad creadora, inherente en el ser humano y debe,    continuadamente, ser trasmutada en una siempre más alta expresión del arte y    de la verdad. Todos desarrollamos, constantemente, nuestro potencial creativo    a través de la experiencia agridulce de la vida en la tierra; esto hasta que    el tiempo acaba de emplearlo sobre el plano mental de nuestra más grande    creación, el puente, "el camino de sustancia mental iluminado" por el cual    accedemos a los estados de consciencia más elevados.
En el comienzo de    nuestro viaje por Libra,    reorganizamos nuestras vidas y aprendemos a utilizar las energías para    llevarlas en armonía con las leyes espirituales. Tenemos la oportunidad de ver    emerger el séptimo    rayo de orden ceremonial, en el signo de Libra, pasando por    Urano, su planeta esotérico. El séptimo rayo nos ayuda a manifestar las    energías con las que contactamos, durante la meditación,  a través de una    vía rítmica  y ritual; ya que    cuando la mente se la deja sin dirección, busca las líneas de menor    resistencia y desciende rápido a los dominios de lo    imaginario.
Es necesario    imponerse una disciplina y establecer un plan con miras a alcanzar nuestras    capacidades superiores. Cuando la vida está efectivamente dirigida por la    meditación, el estudio y el servicio, la personalidad    comienza a vibrar según un hábito espiritual, que deja poco tiempo para    apiadarse, a uno mismo, de su suerte. Nuestro espíritu  llega a ocuparse,    esencialmente, de dominar a la naturaleza inferior, las relaciones sociales    llegan a ser, ante todo, una ocasión de compartir las ideas espirituales y los    períodos de relajación llegan a ser un momento de contemplación y de profunda    reflexión.
Es también en    Libra    que se acaba el equilibrio entre los polos opuestos. El lugar de encuentro de    las fuerzas opuestas genera una tensión que puede utilizarse para emerger de    un estado de consciencia inferior y se eleva a un nivel superior de    consciencia. Esto nos lleva a nuestro punto de salida cuando consideramos cómo    utilizar los pares opuestos, el largo de la estrecha vía como una hoja de    afeitar. Pues bien, es en Libra, después de haber equilibrado las fuerzas de    oposición, donde debemos aprender a mantener la tensión espiritual en nuestras    vidas a través de la disciplina y de una vida rica de creatividad. Entonces    nos volvemos conscientes de la presencia de una energía que alumbra nuestra    vida cotidiana. Puede que ella no sea de tal un grado para controlar nuestras    todos nuestros actos, pero ella es sin embargo suficientemente poderosa como    para permitirnos el tomar consciencia desde que nuestras acciones o    pensamientos vuelven y que estamos escogiendo la vía inferior de expresión La    dualidad puede permanecer pero, el observador está presente de tal manera que,    lo mismo que reparamos en actuar con la personalidad, podemos observarla a    distancia. Es muy fácil disipar la tensión espiritual utilizando la energía en    frivolidades, de nuevo y todavía, hasta que hayamos reconocido las causas de    los efectos y que hayamos definitivamente acordado y elevado nuestra    consciencia.
El establecimiento    de un lugar perdurable de todos nuestros recursos con la energía descendente    del alma, es nuestra tarea en Libra.    La tensión espiritual se establece también en el punto mediano, donde la    inspiración de la personalidad encuentra la expiración del alma. Este punto    mediano  tiene    un efecto directo sobre el ambiente y fuerza a la personalidad hacia las    correctas relaciones. El peso espiritual empuja constantemente hacia una mayor    tensión, más y más cercana a la manera de pensar del Logos. Y esto crea una    línea de aproximación hacia las más altas realidades, justo hasta que nos    convirtamos en Maestros y esto es también desde aquí que nosotros nos creamos    nuestras propias ataduras, a partir de nuestra propia esencia, es decir, la    vía luminosa de aproximación hacia  la    Jerarquía.
Manteniéndose en    el punto medio de los tres planos inferiores, nos liberamos de las fuerzas que    impiden a nuestra visión espiritual proyectarse a lo largo de la línea de luz    que lleva a los mundos superiores. La cualidad de visión intuitiva se alcanza    en Libra cuando el punto de equilibrio dinámico se consigue y la luz en la    cabeza se despierta. Se dice en el libro "  La Luz del Alma", sutra    321:
Enfocando la    luz en la cabeza se puede ver a quienes han alcanzado el dominio de sí mismos    y establecer contacto con ellos. Dicho poder se desarrolla por medio de la    meditación unilateral.
El comentario de    este sutra nos dice que llega un momento donde la luz en la cabeza puede    tornarse hacia lo bajo y hacia lo alto, hacia los reinos de los Santos de Dios    donde se encuentran "las nubes de la sabiduría".
Concluyendo y    considerando la nota clave de Libra: "Elijo el camino que conduce a    través de dos grandes líneas de fuerza", cuando la balanza no oscila    más y ha conseguido el equilibrio y la armonía, el aspirante se convierte en    luz iluminando el camino del otro. Este proceso de iluminación del otro,    siendo él mismo una lámpara, siempre debe preceder a la magnífica experiencia    por la cual el místico dirige su lámpara y su luz sobre otros dominios y    encuentra el camino que conduce a los mundos superiores de la    existencia.
Este    texto se escribió para la    Luna de Libra en septiembre de 1998, por uno de los miembros    del Grupo del Centro de Ginebra. Traducido por Toñy    Polo.
Texto para Libra em português:  http://www.sabiduriarcana.org/07-libra-esp.htm      
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