Vamos a proseguir con el tema          místico de Shamballa. Las personas que asisten periódicamente a estas          conversaciones, van siguiendo un orden, por decirlo así, histórico,          cronológico y espiritual, acerca de este poderosísimo centro planetario.          Pero, hay personas que es por primera vez que vienen  a estas          conversaciones y, por lo tanto, estoy seguro y, lo lamento mucho, se          sentirán algo desplazadas del contexto vital de estas conversaciones, en          virtud de su propia progresión. Ya saben Uds. que el tema de Shamballa,          igual que el tema humano, tiene tres grandes vertientes: la vertiente          histórica, la vertiente psicológica y la vertiente  mística o          trascendente y, lo mismo ocurre con todos los grandes seres, las grandes          entidades que pueblan el cosmos, todas ellas pueden ser descompuestas en          esta trinidad básica, histórica en el tiempo, el tiempo de duración de          un universo, de un planeta o de una galaxia. El aspecto histórico es realmente el que sirve de punto          apoyo a la mente intelectual, pero viene después el aspecto psicológico,          el que corresponde a la súper-alma universal o al alma de los seres          humanos, para finalizar como una eclosión trascendente, el aspecto          místico, el aspecto monádico, por decirlo de alguna manera, pues incluso          el espacio  es una entidad con tres cuerpos —si podemos analizarlo          así—, que son las dimensiones, los sentidos moleculares y las formas          geométricas. Pero, siguiendo el orden establecido y adentrándonos ya en          lo que ocurre dentro de las  inmensas profundidades de Shamballa, y          adquiriendo aquello que puede ser comprendido intelectualmente, vamos a analizar los pasos del discípulo que está tratando          de penetrar en un ashrama de la Gran Fraternidad Blanca del           planeta, o de aquellos discípulos suficientemente entrenados y          juramentados que pueden mantenerse autoconscientemente inteligentes          dentro  de un ashrama, mediante el proceso iniciático.
  Bien          mirado, la          iniciación, es una  palabra que asusta, me refiero a la          iniciación espiritual, la que corresponde al ser humano, cuando va de          este cuarto reino al quinto reino de la naturaleza o el reino de las          almas liberadas o el reino de la Gran          Fraternidad Blanca o Jerarquía Espiritual del planeta. Esta palabra,          iniciación, es, sin embargo,  socialmente hablando, una palabra que          tiene que hacerse corriente en nuestras conversaciones habituales, no          debe asustar, porque todos hemos nacido para un fin arquetípico          previsto, la entrada consciente dentro de la Gran Fraternidad, a través          de algún ashrama determinado, el que nos corresponde por línea          espiritual de Rayo o de potencia eléctrica que arde en nosotros y nos          convierte en lo que somos, en la existencia en el tiempo.
  Dijimos          anteriormente, o en la anterior reunión, que hay tres escuelas dentro de          la Gran Fraternidad, las cuales esotéricamente son definidas como: el          Aula del Aprendizaje, el Aula del          Conocimiento y el Aula de la Sabiduría. Cada          una de estas aulas, acoge a aquellos hijos de los hombres que están          capacitados para estar allí, para recibir un cierto entrenamiento          espiritual, que finalmente ha de convertirlos en unos grandes iniciados.          Las puertas de la Jerarquía están abiertas, es el hombre el que          es reacio a penetrar por ellas, sea por el temor, por la          inseguridad, porque le falta el conocimiento necesario y, por lo tanto,          la Gran Fraternidad continúa siendo una tierra inexplorada y, por lo          tanto, como la Gran Fraternidad es la entrada de Shamballa, hay una gran          dificultad.
  Hay muchas personas hoy día que pueden establecer un          cierto contacto con sus almas superiores, con su "Yo Superior",          teosóficamente hablando, pero no pueden penetrar todavía en Shamballa          debido a ciertos requisitos, lo que yo denominaría, misterios menores,          los misterios que debe aprender primero el hombre en su vida social de          relación, no penetrando de improviso en las grandes avenidas de          enseñanza esotérica de los ashramas de la Gran Fraternidad, sino estando          atentos y apercibidos a su propia vivencia, el hombre está tan atento a          los demás que se olvida de sí mismo, de ahí que no participa enteramente          de los dramas psicológicos que debe vivir para poder acercarse a los          grandes seres, y éste, para mí, es uno de los grandes problemas que          enfrenta la humanidad consciente en estos días de gran tensión          planetaria.           Igual que se nos dice que a río          revuelto hay ganancia de pescadores, se puede decir que los tiempos          dramáticos, los tiempos difíciles, los tiempos trágicos, son los más          avientes para que el alma perciba algo de la luz espiritual, porque es          tanto el desasosiego de su alma, es tanta la tensión que sufren sus          vehículos frente a las crudas realidades ambientales, que forzosamente          tiene que interrogarse sobre el motivo, sobre el porqué de las cosas.          
  Si una persona no se pregunta, no puede obtener una respuesta,          llamad y se os abrirá, pedid y se os dará, no precisamente leyendo los          libros más o menos esotéricos, sino el libro de la vida abierto          constantemente a nuestras indagaciones. Para mí es esencial que          la persona esté atenta al fluir de los acontecimientos.          ¿Saben ustedes que no se puede penetrar en un ashrama de la Gran          Fraternidad si la persona no ha adquirido una cierta dosis de          atención hacia el mundo que le rodea, hacia  lo que sucede dentro          de sí mismo, tratando de hallar el nexo inteligente entre lo que ocurre          fuera y lo que pasa dentro, buscando la relación kármica, si podemos          decirlo así, y a partir de esta relación kármica empezar a vivir de otra          manera, reorientando la vida en otras direcciones? Todos somos invitados          a la Mesa del Señor, como se dice en los textos místicos, pero ¿cómo          lo  hacemos? 
  La mayoría vamos a buscar las migajas de          aquello que dejan los comensales. Yo quisiera que todo el mundo se          convirtiese en un comensal de esta gran mesa de conocimiento y enseñanza          esotérica de la Nueva Era, que no se contentasen con las migajas cuando          hay los manjares abiertos delante de  nosotros, que sólo esperan de          nuestra hambre, de nuestra fruición, de nuestro intento. Si nos damos          cuenta de que la vida es la gran escuela, nos daremos cuenta que           no podemos penetrar en las escuelas esotéricas internas sin que tengamos          una comprensión de lo que sucede, de lo que pasa, de aquello que          nosotros  comprendemos o que tratamos de comprender; sucede que          enjuiciamos lo que vemos y, a mí, me gustaría que la persona viese sin          juicio, observando atentamente lo que sucede, porque cuando se entromete          el juicio se cierra el paso de la enseñanza esotérica. Por esto es que,          aquel que enjuicie será juzgado, y son términos válidos para todas las          épocas.
  Por lo tanto, si hablamos de Shamballa y, hablamos de la          dignificación del hombre, deberemos hablar también de los pasos que debe          dar el hombre para penetrar en estas serenas avenidas, al final de las          cuales, allá en la lejanía, se percibe el gran proceso de la          iniciación. La          iniciación, dense cuenta ustedes, no es solamente una          meta para toda la humanidad que espera que el hombre haga el esfuerzo          necesario para poder penetrar en ella, sino que es un deber social, es el deber          que tiene cualquier  ser nacido al llegar a cierta etapa de          comprensión que le impele a penetrar el sentido  de los misterios.          
  Si no deseamos ardientemente una cosa no la conseguiremos, si la          mente no está atentamente apercibida no podrá penetrar las augustas          soledades del misterio, y si no es capaz de penetrar las augustas          soledades del misterio jamás tendrá una vida sacramental, jamás se          convertirá en un  sacramento viviente, que es lo que se precisa          para ser un humano inteligente en nuestros días. Estamos dentro de una          caparazón, lo hemos construido con nuestros deseos inferiores, con          nuestras capacidades intelectuales, con todo cuanto pertenece a nuestro          equipo kármico, y no queremos salir de aquí, de ahí que es muy difícil          aprender las enseñanzas de la vida sin salir de esta torre de          marfil.           Y esto lo estamos diciendo          constantemente, y que no podremos realmente penetrar en el santuario          interno si antes nos destrozaba en parte esta torre de marfil y hemos          creado una puerta, hemos destruido parte de esta gigantesca fuerza que          hemos compuesto y que nos envuelve, para penetrar en el secreto lugar          donde Dios, el Creador, en el corazón, nos dice qué es lo que hay que          hacer, cuáles son los pasos que hay que dar. 
  El primer paso es          interno, y el Maestro no aparecerá ante ustedes si          antes ustedes no están lo suficientemente preparados, de ahí          que ustedes no deben buscar al Maestro, deben vivir la vida del          Maestro, pero, sin pretender encontrarlo en cualquier lugar de la vida,          sin hacer otra cosa que estar atentos, hay que vivir la vida.          Vida y atención son sinónimos, ¿se dan cuenta?, no          podemos vivir sin estar atentos. Cómo se formula  un          acontecimiento, cómo este acontecimiento tiene una cierta finalidad, y          la parte que nosotros hemos contribuido a formar este acontecimiento, lo          cual son tres etapas definidas que tendrán que dilucidarse en el Aula          del Aprendizaje.
  El interés capital de la Jerarquía,           es que cuantos más seres humanos penetren en el Aula del          Conocimiento mucho mejor, porque el Aula del Conocimiento          es  el centro de la evolución de la enseñanza esotérica de todos          los tiempos. Que se precisan ciertas dotes de atención, de observación y          de vivencia, de esencia práctica, naturalmente que sí. Y que al llegar a          cierto punto, al entrar en ciertos aspectos de esta Aula del          Conocimiento, ustedes verán unas avenidas de luz inconcebibles,          indescriptibles, porque les indicarán puertas mucho más lejanas y más          esplendentes, pero que ustedes tienen que ir conquistando paso a          paso, sin otra meta que la ilusión de alcanzarla, sin crear algo rígido          y definido, porque la creación de una meta mata el entendimiento,          mata  el  propósito,  mata  la  idea           de  vida. 
  La liberación no es una meta, es un movimiento,          el movimiento los lleva a ustedes a la liberación, es decir, que la          liberación está en el propio movimiento de la vida, cuando ustedes          no ofrecen resistencia y, naturalmente, la resistencia impuesta al ritmo          vital, a su propósito, frena el impulso y les impide penetrar muy          profundamente, no sólo en el Aula del Aprendizaje, sino precisamente en          lo que es el centro de gravitación de todas las escuelas esotéricas del          mundo y de la Gran Fraternidad: el Aula del          Conocimiento. Sabiendo, que es aquí donde el Bodhisatva          está utilizando su mayor poder para llevar adelante el gran proceso          vital de la existencia, para que los hombres se conviertan en discípulos          y los discípulos en iniciados, los iniciados en Adeptos y  los          Adeptos en Logos creadores. 
  Es un proceso que va del simple          aspirante hasta el más glorioso de los Dioses, es sintomático, y lo          sabemos todo, pero, hay que dar el primer paso, y el primer paso es un          paso tan sencillo, tan realmente sencillo, que nuestra mente habituada a          los grandes problemas y complejidades no acierta a verlo. Para un ser          humano cualquiera es más fácil adaptarse a una regla, a  una          disciplina del carácter que sea, de meditación o de yoga, que ver las          cosas claras que están pasando por delante de su visión constantemente.          Desde cierto  ángulo de vista hay muchas          personas muy bien intencionadas que no pueden penetrar en el Aula del          Aprendizaje porque están siguiendo ciertas técnicas,  lo          cual sugiere ciertos resultados específicos o sugiere ciertas metas          específicas o determinadas e impiden la visión causal.
  La visión          causal está en una tierra de nadie, donde no hay nada aparentemente que          pueda ser enjuiciada por el intelecto, ahí esta el problema, que al ver          que no hay nada delante de sí para poder asirse, para tener una          seguridad, se retrocede y se continúa marcando el compás del tiempo como          los demás seres humanos, y de gente que no osa franquear el umbral, de          personas temerosas, de personas adictas a todo cuanto ha sido          establecido a través del tiempo, a lo que nos legó la tradición, a lo          que dicen las iglesias, a lo que dicen los santos, deja de ver la          suprema puerta iniciática que conduce al Reino de Dios,          y el Reino de  Dios no es una religión, no es una iglesia, es Dios          en sí, y Dios está en todos nosotros, y si Dios y nosotros somos una          sola cosa, ¿para qué necesitamos la iglesia?           La iglesia es  solamente una          meta, y desde el punto de vista del Aula del Conocimiento, las metas          deben desaparecer, debe quedar sólo el movimiento, el movimiento del          propósito espiritual, renovado constantemente, hasta llegar el momento          de la gran consumación, en la que el espacio y el tiempo se funden en un          abrazo y en donde la ciencia y la religión, la filosofía y el arte, se          unifican para crear una belleza nueva, algo que desconocemos, algo que          no ha entrado todavía en el cálculo apreciativo de la mente de los          hombres. 
  Estar apercibidos, vivir  atentos observando todo          cuanto sucede, sin detener esa inmensa curiosidad del hombre, no          plegándola a una meta definida, es liberación, es empezar a vivir de          acuerdo con la realidad suprema, no es el alcance de una misión          serenamente apasionada o hábilmente establecida, o una doctrina que          tengamos que cumplir, sino algo vital y permanente, algo que es          realidad, porque surge de nosotros y viene a nosotros. Y fuera de          nosotros y lo que nos rodea  no existe, no hemos creado una meta          delante de nosotros, entonces hemos creado un movimiento, la          liberación, la iniciación, el discipulado consciente.          
 
  Fuente:          Conferencias          de Vicente Beltrán Anglada  |  Tema: Los          Misterios de          Shamballa                                               Título:          Los          pasos previos que conducen al Ashrama  |  Descargar          aquí                  
                          El tema de la Jerarquía de Maestros y        Shamballa se está tratando en el programa de        radio:                                                                          La  Gran         Invocación
 
                                                                                            | 
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