Aquí la meditación se hace simple, ordinaria, y se convierte en un componente natural de un estilo de vida contemporáneo. Un componente cada vez más esencial. • 1 • A p r e n d e r a s il e n c ia r l a m e n t e La meditación en su esencia es el arte de estar consciente, consciente de lo que está pasando dentro de ti y a tu alrededor. A la mayoría de nosotros se nos han enseñado que para triunfar en la vida tenemos que pelear, luchar, enfocamos, concentramos. El problema de este planteamiento radica en que cuanto más luchamos, más tensos nos ponemos. Y cuanto más tensos estamos, peor nos va.
El planteamiento meditativo es comprender que para estar en nuestro punto óptimo, para dar en todo momento lo mejor de nosotros —y recibir lo mejor de cada momento—, necesitamos estar lo más conscientes posible. Y para estar conscientes, tenemos que estar relajados. Habitualmente, creemos que para relajamos, tenemos que salir. La meditación ofrece otra posibilidad: entrar en la relajación. El truco para permanecer relajado en medio de un ajetreado día es lo que se ha dado en llamar "alerta sin esfuerzo"; la experiencia esencial de la meditación. Una vez que nos relajemos en esta aceptación, una vez que dejemos de fingir que somos diferentes a como realmente somos, una vez que dejemos de luchar para impresionar a los demás —que a su vez están luchando para impresionamos a nosotros—, una vez que dejemos de intentar defendemos, justificamos... Una vez que dejemos de intentar ocultar nuestras heridas, incluso ante nosotros mismos, que por el contrario las saquemos a la luz y al aire libre, la sanación ocurrirá por sí sola.
• 2 • A p r e n d e r a s il e n c ia r l a m e n t e En este libro, se habla de calmar la mente, de aprender cómo esta inapreciable biocomputadora puede ser tu mejor amiga. Y de cómo encontrar el interruptor que desconecta. Cuando necesites la mente, puedes usarla. Cuando no la necesites, puedes dejarla descansar tranquila —lista para cuando la vuelvas a necesitar—, libre de su cualidad de incesante charlatana. Pero no hay que pensar que es fácil, que basta con una clave que yo te voy a dar. No, no hay ninguna clave. Se trata de un largo esfuerzo, de una profunda paciencia. Y cuanta más prisa tengas, más tiempo necesitarás. Así que recuerda esto: si no tienes prisa, puede suceder en este mismo momento. Y la máxima paradoja de la meditación es que cuando finalmente aprendemos a amamos a nosotros mismos, de hecho, solo cuando podemos amamos a nosotros mismos, podemos compartir ese amor con los demás. Pero primero, tenemos que empezar por nosotros mismos.
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